Prezados irmãos e irmãs,
Partilhamos alguns artigos relevantes do boletim enviado pela Comunidade Budista do Interser com o começo de ano.
Abraço.
Querida sangha, querido Thây: Nos adentramos en un nuevo año. 365 días para disfrutar de cada respiración. Para vivir plenamente cada segundo, para decidir en cada instante, actuar desde la compasión, el cariño, la solidez, la determinación, el autocuidado y la no discriminación. 365 días para llegar a casa en cada paso que damos. Para sonreír y sonreírnos. Para celebrar nuestra existencia y la de todos los seres que nos acompañan en esta aventura del vivir tal y como somos. 365 días para mirar al cielo y sentir el milagro de estar aquí, ahora. Para sentir el sol más brillante y cálido, así como las más fuertes tormentas, sabiendo que todo proviene del mismo corazón del universo y nosotros somos el cuenco que lo acoge todo. 365 días para abrazarnos, para disfrutar de nuestra presencia compartida y decirnos “Querida, querido, sé que estás ahí y eso me hace muy feliz”. Desde el equipo de comunicación os deseamos que estéis bien, en paz, a salvo y vuestras semillas de la alegría, la compasión y la plena consciencia se rieguen cada día de este año y se conviertan en hermosas flores. Flores cuyo aroma podáis disfrutar vosotros y todos los que os rodean. Con cariño, Equipo de comunicación |
Artigo: “Viviendo el interser, una forma hábil de estar en el mundo”. Por Luis del Val / maestro del Dharma.
Poema de Thich Nhat Hanh/ Llamadme por mis verdaderos nombres
No digáis que partiré mañana, pues aún estoy llegando. Mirad profundamente; estoy llegando a cada instante, para ser brote de primavera en una rama, para ser pajarillo de alas aún frágiles, que aprendo a cantar en mi nuevo nido, para ser mariposa en el corazón de una flor, para ser joya oculta en una piedra. Aún estoy llegando para reír y para llorar, para temer y para esperar. El ritmo de mi corazón en el nacimiento y la muerte de todo lo que vive. Soy un insecto que se metamorfosea en la superficie del río. Y soy el pájaro que se precipita para tragarlo. Soy una rana que nada feliz en las aguas claras del estanque. Y soy la serpiente acuática que sigilosamente se alimenta de la rana. Soy el niño de Uganda, todo piel y huesos, mis piernas son tan delgadas como cañas de bambú. Y soy el comerciante de armas que vende armas letales a Uganda. Soy la niña de doce años, refugiada en una pequeña embarcación, que se arroja al océano tras haber sido violada por un pirata. Y soy el pirata, cuyo corazón es aún incapaz de ver y de amar. Soy un miembro del Politburó con todo el poder en mis manos. Y soy el hombre que ha pagado su “deuda de sangre” a mi pueblo muriendo lentamente en un campo de concentración. Mi alegría es como la primavera, tan cálida que hace florecer las flores de la tierra entera. Mi dolor es como un río de lágrimas, tan vasto que llena los cuatro océanos. Llamadme por mis verdaderos nombres, os lo ruego, para poder despertar y que la puerta de mi corazón pueda quedar abierta, la puerta de la compasión. Este poema da título a la obra Llamadme por mis verdaderos nombres, editada por La Llave, 2001. Traductor: Alfonso Colodrón. |
Artigo: Cultivando la visión del interser con la meditación comiendo
Interser es mi hogar. Poema de Jorge Costas
Sentado sobre un haz de hierba kusa, al frescor de un magnánimo roble, y de un viejo aliso, medito con mi hermano el pequeño arroyo de montaña. Sumergido en el silencio, le pregunto: ¿De dónde vienes y a dónde vas? Él no dice nada, solo canta con un suave murmullo, al son de una frágil mariposa y una sutil libélula, de un matojo de violetas, que se asemejan a mil corazones, sonriendo con la canción de mi amigo el arroyo, al galope de una manada de caballos y al zumbido de insectos, que vuelan en las diez direcciones, a la suave brisa que asciende arroyo arriba, y a la dura piedra, que entre sus frescas aguas, se deja coger, y se manifiesta como un precioso corazón. Y ya sin esperar nada más, su dulce canción toma un nuevo tono, que responde: «Impermanencia es mi origen, vacío mi destino, mas interser es mi hogar». |
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Artigo Madre Tierra: ¿Cómo han cambiado las enseñanzas de Thay tu forma de cuidar de la Tierra?